Donde antes resonaban los ecos de la guerra, hoy zumban abejas que anuncian vida. Más de dos décadas después del conflicto armado que marcó al país, el departamento de Casanare se ha convertido en un escenario de transformación gracias a proyectos productivos liderados por personas en proceso de reincorporación.
Según la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), cerca de 70 personas en Casanare hacen parte de este proceso, impulsando iniciativas como la apicultura y la producción de café. Dos ejemplos destacados son el Apiario El Paraíso, ubicado en un antiguo campamento de las FARC, y Café Miraflores, un emprendimiento que demuestra el poder del trabajo constante desde el campo.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, muchos de estos proyectos no han logrado el éxito comercial esperado, obligando a sus integrantes a complementar sus ingresos con otras actividades. Frente a esta realidad, en 2024, la Fuerza Aeroespacial Colombiana se sumó al esfuerzo, estructurando un proyecto para fortalecer las cadenas comerciales de estos emprendimientos.
Liderado desde el Grupo Aéreo del Casanare, el programa busca ampliar las oportunidades de comercialización, facilitar el acceso a nuevos mercados y articular esfuerzos con el sector público y privado. Aunque los desafíos persisten—como los prejuicios sociales, la competitividad y la poca vinculación de empresas—varias organizaciones con programas de responsabilidad social ya se han unido, incorporando estos productos a sus cadenas de suministro o promocionándolos.

En su próxima fase, el proyecto aspira a consolidar una marca colectiva que represente estos emprendimientos como símbolos de reconciliación y resiliencia, además de explorar el comercio electrónico para ampliar su alcance. Con el respaldo de la Fuerza Aeroespacial Colombiana, Casanare sigue escribiendo una historia de paz, demostrando que las segundas oportunidades pueden florecer incluso en los terrenos que un día fueron testigos de la guerra.