Por: Angie María Pérez Cabrera 

El sol apenas comenzaba a iluminar las calles de Paz de Ariporo cuando Milena Pregonero salió de su finca rumbo al hospital local. No era un día cualquiera. Después de más de un año de espera, su hija Laura Estefanía, una niña de nueve años con microcefalia y displasia de cadera, recibiría por fin la atención médica que tanto necesitaba. “Yo agradezco a estas jornadas porque mi niña iba remitida y doy gracias a Dios porque la cita va a ser hoy”, dijo Milena con una mezcla de alivio y esperanza. 

Laura Estefanía es una de las 3.134.037 personas con dificultades para realizar actividades básicas diarias que según el Dane viven en Colombia. Su condición requiere atención constante, terapias y medicamentos que, hasta ahora, habían sido un desafío para Milena, quien además es madre de otros tres hijos. “Mi niña estaba remitida a Bogotá, pero no tenía cómo pagar los pasajes. Gracias a estas jornadas, hoy la atenderán en Paz de Ariporo”, relató Milena mientras sostenía con firmeza las manos de su hija. 

Lo que Milena no sabía al subirse a su moto esa mañana era que ese día no solo conseguiría el medicamento que tanto necesitaba Laura, sino que también lograría que un ortopedista revisara a su hija y que el agente interventor de Capresoca, la EPS con la que ha tenido que lidiar durante años, se comprometiera a revisar su caso de manera detallada. “En nueve años, nunca había tenido una oportunidad así”, confesó Milena, quien desde que Laura era una bebé ha enfrentado diagnósticos desalentadores y un sistema de salud que, en ocasiones, parece olvidar a quienes más lo necesitan. 

Una iniciativa que lleva salud al territorio 

La jornada médico quirúrgica, organizada por la Gobernación de Casanare, es la número 12 de esta administración y es parte de una iniciativa elogiada por el gobierno nacional por llevar soluciones de salud a los territorios más alejados. Para el gobernador César Ortiz Zorro, este proyecto es personal. Durante la jornada, recordó cómo, hace años, un hospital itinerante le salvó la mano tras un accidente en su vereda. “Es algo que me paso a mi hace muchos años en mi puesto de salud en la vereda del Tablón de Támara, donde yo había tenido un accidente y me había cortado 3 tendones y en esa época llego el doctor Miguel Ángel Pérez con un equipo de médicos le dijo a mi papá ese muchacho va a perder la mano. Me llevo a Yopal, me operó gratis y me salvo la mano. Eso se quedó en mi corazón y en mi mente”, expresó Ortiz Zorro, visiblemente emocionado. 

La jornada en Paz de Ariporo no solo benefició a Laura Estefanía. 1.253 personas recibieron atención. Sin embargo, para Milena, este día representó un respiro en su larga lucha. Después de años de batallar con trámites, citas perdidas y remisiones interminables, pudo hablar directamente con Jefferson Caicedo, agente interventor de Capresoca. “El compromiso es hacer un seguimiento detallado de este caso. Llevamos solo cuatro meses en este proceso, pero estamos decididos a humanizar la atención y dar respuestas”, aseguró Caicedo anunciando que recorrerá municipio por municipio para buscar más casos así y darles atención. 

Una lucha de nueve años 

Laura Estefanía nació con microcefalia y displasia de cadera. Cuando era apenas una bebé, los médicos le dijeron a Milena que su hija nunca caminaría. Pero Milena no se rindió. Con recursos limitados, creó un gimnasio improvisado en su casa, le hizo terapias y ejercicios, e incluso se arrastraba en el piso para enseñarle a Laura cómo moverse. Su perseverancia dio frutos: Laura aprendió a caminar. 

Sin embargo, el camino no ha sido fácil. Hace dos años, Capresoca le entregó una férula mal diseñada que le causó daños. Desde entonces, Milena ha luchado para que su hija reciba una nueva y continúe con su tratamiento. “Entre las citas perdidas y las remisiones a Bogotá, el proceso no avanzaba”, explicó Milena. Pero ese día, en el hospital de Paz de Ariporo, el ortopedista no solo valoró a Laura, sino que también le dio a Milena la orden para que los controles de su hija se realicen en Yopal, sin necesidad de viajar hasta la capital. 

Una madre que inspira 

Milena no es solo una madre dedicada. Es una cuidadora certificada por el Sena en atención a personas con dependencia funcional. Su historia es la de cientos de mujeres que dedican su vida al cuidado de sus seres queridos, muchas veces sin recibir el reconocimiento ni el apoyo que merecen. La Ley 2297 de 2023 busca cambiar esto, garantizando que las cuidadoras reciban una retribución por su labor. Sin embargo, para muchas como Milena, la lucha diaria por acceder a servicios de salud adecuados sigue siendo una realidad. 

Laura Estefanía no puede hablar, pero sus grandes ojos expresivos reflejan una esperanza inquebrantable. Ese día, mientras abrazaba a su madre con fuerza, le dijo sin palabras lo que Milena ya sabe: “Gracias, mamá”. 

La jornada médica itinerante no solo llevó salud a Paz de Ariporo; también brindó un momento de alivio a una familia que, después de años de lucha, pudo ver un rayo de luz en medio del camino. Para Milena, este día fue un recordatorio de que, aunque la batalla no ha terminado, no está sola.